jueves, 15 de julio de 2010

Hacer cola y salir trasquilado

Las comparaciones son odiosas, pero como el human being no para de hacerlas... hete aquí una de ellas.
Gracias al ingenioso blog The Dark Side, he visto represantado en poca más de 10 tarjetas muchas de las situaciones que estamos viviendo aquí. Hong Kong es un lugar donde conviven occidentales y orientales con todo lo que ello implica: montones de ideas preconcevidas de unos y otros de como deben ser las cosas, viven formando un auténtico tetris. Una de ellas: ¿Cómo hacer cola?

Estilo occidental:
¿Por qué este señor está delante de mi en la cola? Porque siguiendo un criterio crono"lógico" este señor llegó antes que yo, por tanto le corresponde ser atendido por la señorita de información antes que a mí. Si alguien se salta este orden y dependiendo de las ganas de reñir de los implicados, podemos tener un conflicto de menor a mayor grado.

Estilo oriental:
¿Por qué hay toda esta cantidad de gente delante, alrededor, detrás de mi en la...la... en... aquí? Porque respondiendo al criterio de "horror vacui" no se concibe que haya un espacio sin rellenar delante de: una puerta abierta del autobús, un ascensor, una taquilla de información, una caja del supermercado... (Veáse la foto de arriba) De nada sirve pelearse, gritar o hacer una llamada a tu criterio crono"lógico" porque aqui esa lógica no vale. Así pues, uno acaba por unirse a los tumultos y cada intento de entrar, salir, comprar... se acaba pareciendo más a un inicio de rebajas, que simplemente intentar coger el ascensor.

Ejemplo de una occidental en territorio oriental:
Cuando fui a visitar la muralla china, la incontinencia me hizo acercarme a los servicios. Después de soportar al sol una tremenda y sorprendentemente alineada cola fuera de los servicios durante 30 minutos, conseguí acceder a los baños. El servicio tenía 5 WC individuales de los de agujero en el suelo. Las puertas de cada WC, estaban sujetas por alfileres y delante de cada puerta-sujeta-con-alfileres estaban pegadas como calcamonías, 15 personas esperando para entrar a su agujero correspondiente (véase la foto de arriba). Porque la necesidad era realmente imperiosa, sino es que uno pierde hasta la concentración, pues estar "en posición" y notar el aliento de otras 15 personas al otro lado de la puerta-sujeta-con-alfileres, es pelín agobiante.
Cuando salí de allí una hora después, encontré a mi Santísimo Husband quemadito bajo el sol (física y mentalmente)en otra no-cola. Fue la última que hicimos, el resto de no-colas siguieron el criterio de: ¡Banzaiiiiii!
Adaptarse o morir (en la cola)

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